Una ciudad volcada al mar, fundada hace 2600 años por griegos provenientes de Focea. En sus calles conviven edificios del Segundo Imperio, iglesias románicas y edificios firmados por los arquitectos contemporáneos más prestigiosos, como Norman Foster, Kenso Kuma o Zaha Hadid
Admira las vistas desde la basílica de Notre-Dame de la Garde.
Tómate un pastis (anisete) al atardecer y disfruta del ambiente local en el Viejo Puerto.
Descubre el sabor auténtico de los puertecitos pesqueros.
Navega hasta el archipiélago del Frioul y visita el Castillo de If, la prisión donde Dumas encerró a su personaje, el Conde de Montecristo.
Visita los mercados de Marsella, en busca de lavanda, jabón y aceite de oliva.
Pasea por las empinadas calles del barrio antiguo del Panier, que guarda la esencia del viejo Marsella.
Visita una exposición en la Vieille-Charité, una de las reliquias arquitectónicas y polo cultural de la ciudad.
Recorre el vanguardista MuCem, Museo de las Civilizaciones de Europa y del Mediterráneo de Marsella, diseñado por el estudio de Rudy Ricciotti.
Asiste a un partido de fútbol del Olympique en el Estadio Vélodrome.
Pasea por la cornisa que bordea el litoral.
Saborea las especialidades gastronómicas: la bullabesa, los pieds et paquets (receta a base de cordero), las navettes (panecillos)…
Sumérgete en las aguas turquesas del Parque Nacional de las Calanques.
Descubre los fondos marinos y cuevas de Sormiou, capital del submarinismo de la región.
Marsella es una ciudad llena de vida, que invita al disfrute. Situada al borde del Mediterráneo es el lugar perfecto para explorar la Costa Azul y La Provenza.