La Alhambra preside majestuosa la ciudad de Granada desde la colina de Sabika, frente al Sacromonte y el Albaicín y con la Sierra Nevada de telón de fondo.

Foto de Willian Justen de Vasconcellos en Unsplash
La ciudad medieval palatina, declarada en 1984 Patrimonio de la Humanidad, atrae a visitantes de todo el mundo para descubrir sus exquisitos palacios, jardines, baños árabes y mezquitas de gran belleza.
En su distribución original la fortaleza se distribuía en cuatro zonas diferenciadas: la alcazaba o fortaleza militar, la medina o ciudad comercial que servía a la corte, los palacios del sultán nazarí y sus lugares de ocio, que incluían el Generalife y otros palacios ya desaparecidos.
Te invitamos a explorar la impresionante Alhambra de Granada, o castillo rojo en árabe, una joya del arte nazarí.
Historia de la Alhambra de Granada

Sus orígenes datan del siglo IX, cuando la Alcazaba se comenzó a utilizar como refugio. En el siglo XIII el monarca nazarí Mohamed I se estableció allí y su sucesor, Mohamed II culminó la construcción del recinto amurallado. En el siglo XIV, bajo los reinados de Yusyf y Mohamed V la Alhambra adquirió el aspecto monumental y preciosista que podemos disfrutar hoy en día.
En la Alhambra la luz y el agua juegan un papel fundamental para resaltar la belleza de la arquitectura y la delicada ornamentación, generando a su vez una sensación de paz.
Recorrido por la Alhambra


La visita a la Alhambra es uno de los imprescindibles de la ciudad, así que planifica tu visita comprando tu entrada con bastante antelación para no perdértela. Pues realizar la visita por tu cuenta o contratar la visita guiada, que te aportará una experiencia mucho más completa y te evitará colas.
Si quieres disfrutar de una visita completa a la Alhambra, elige la entrada general, que incluye la Alcazaba, los Palacios Nazaríes, el Generalife, el Palacio de Carlos V y el baño de la Mezquita.
Si eliges la entrada Jardines Generalife tendrás menos problemas de limitación de plazas. Podrás visitar todo lo anterior, salvo los Palacios Nazaríes, que tienen acceso restringido.
Si quieres disfrutar de la magia de la Alhambra al anochecer, puedes seleccionar la visita nocturna a los Palacios Nazaríes , la visita nocturna a Jardines y Generalife o la Dobla de oro nocturna, que incluye la visita nocturna a los Palacios Nazaríes y la visita en el día a los Monumentos Andalusíes.
Visitar la Alhambra lleva su tiempo. Reserva para tu visita a la Alhambra un mínimo de 3 horas para que la disfrutes sin prisas. La hora indicada en tu billete para visitar los Palacios Nazaríes determinará el orden de la visita al resto de los monumentos. Asegúrate de llegar con tiempo para no perder tu turno y de llevar el código qr de acceso impreso o en tu móvil. Ten en cuenta que los Palacios Nazaríes se encuentran a veinte minutos a pie desde la entrada principal, así que calcula bien los tiempos.
Los recorridos recomendados para sacarle el mayor partido a tu visita son:
• Alcazaba-Palacios-Generalife.
• Palacios-Alcazaba-Generalife.
• Generalife-Alcazaba-Palacios.
Si dispones de tiempo visita también los Museos de Bellas Artes y de la Alhambra, la Sala de Presentación, situadas en el Palacio de Carlos V, así como la Puerta de la Justicia y el bosque de la Alhambra. A tu llegada puedes consultar qué otros recintos están abiertos temporalmente durante tu visita, ya que van variando.
La Alcazaba

De todo el monumento de la Alhambra, la Alcazaba es el recinto más antiguo. Construido durante el reinado de Mohamed I, que ordenó construir las murallas principales y tres de sus principales torres: la Torre de la Vela, Torre Quebrada y la Torre del Homenaje. El sultán fijó su residencia allí hasta que las obras fueron terminadas bajo el reinado de su hijo y sucesor Mohamed II.
Esta fortaleza, además de proteger al sultán, contenía una medina para albergar al servicio a la realeza y a la guardia del sultán.

Cuando contemplamos la Alhambra desde alguno de los miradores de la ciudad, la Alcazaba es la parte que más llama la atención por sus torres defensivas. Su estado actual no nos hace sospechar el estado de abandono en el que se encontraba este monumento hasta que a principios del siglo XX se tomó consciencia del valor monumental que tenía todo el conjunto y se inició la restauración, que aún sigue en proceso.
Si realizamos esta visita acompañados de un guía podremos identificar los diferentes usos de los espacios por los que pasamos, como la Plaza de Armas, donde de preparaban los ejércitos para la batalla, o el Barrio Castrense donde residían los miembros del ejército del sultán y desde donde se controlaba la ciudad o los almacenes militares.
Palacios Nazaríes
Los Palacios Nazaríes son una de las principales atracciones de la Alhambra y se sitúan a veinte minutos de la puerta de entrada al recinto, por lo que planifica bien tu visita para llegar con tiempo de sobra antes de la hora de inicio de tu visita, si no quieres perdértela.

Los Palacios Nazaríes datan del siglo XIII y XIV cuando los monarcas nazaríes se establecieron en la Alhambra. De esta época son los Palacios Nazaríes y el Patio de los Leones.
Los Palacios Nazariés son tres: El Mexuar, Palacio de Comares y el Patio de los Leones.
El Mexuar es donde se realizaban los trámites jurídicos y donde tenían sus despachos los ministros y la alta burocracia.
El Palacio de Comares, que fue residencia oficial de Yusuf I. La decoración nazarí, el agua y el yeso son los protagonistas y el Patio de Arrayanes es el corazón de este palacio.

El Patio de los Leones es el más bonito y fotografiado de los tres, con sus doce leones y ciento veinticuatro columnas de mármol. Un patio donde el arte nazarí alcanza su máximo esplendor y alrededor del cual se repartían las estancias del palacio de Mohamed V.

Generalife

El Palacio y los jardines del Generalife fueron lugar de descanso y evasión para los reyes de Granada en la época musulmana. Están situados fuera de las murallas de la Alhambra, pero sus caminos están conectados para facilitar la visita.
Esta villa rural se construyó en la misma época que los palacios nazaríes, y era el lugar en el que los reyes desconectaban de sus responsabilidades y vivían de una forma más sencilla. El visir Ibn-Yayyab lo denominaba La casa real de la felicidad.
El Generalife se parece más a un cortijo que a un palacio. Entre sus interiores austeros destaca la Sala Regia, que posee yeserías y capiteles de mocárabes.
Pero sus patios y sus jardines a dos niveles nos deleitarán. Podemos acceder a los jardines altos por las escaleras de los leones, hasta el jardín alto, en donde encontraremos un pequeño jardín botánico.

El Patio de la Acequia es el más visitado del Generalife y destaca por la acequia central, que lo atraviesa y abastece a la Alhambra. Al final una galería formada por arcos enyesados nos lleva a los jardines bajos. Antes de bajar detente en el mirador para contemplar la estampa.
El Patio del ciprés de la Sultana es posterior al de la Acequia, y recibe su nombre de los antiguos cipreses de los cenadores. Cuenta la leyenda que la esposa de Boabdil se encontraba en este íntimo espacio con un caballero.
El Museo de la Alhambra
Este museo conserva la mejor colección de arte nazarí del mundo y es una visita imprescindible que complementa el recorrido por la Alhambra y el Generalife, ya que podremos contemplar muchas de las piezas originales del monumento.

Está situado en el palacio que mandó a construir Carlos V porque no le gustaba el de la Alcazaba. Tiene una curiosa forma redondeada y aloja el Museo de la Alhambra y el de Bellas Artes.